viernes, 31 de diciembre de 2010

Cáncer Infantil --> TRATAMIENTO

¿Qué es el cáncer?
Todos los tipos de cáncer, incluyendo los que se dan en la infancia, tienen un proceso patológico común -las células cancerosas, al crecer descontroladamente, adquieren tamaños y morfologías anómalos, ignoran sus límites habituales en el interior del cuerpo, destruyen células vecinas y, a la larga, se pueden acabar extendiendo a otros órganos y tejidos (lo que se conoce como metástasis). A medida que el cáncer se va extendiendo, consume cada vez mayor parte de los nutrientes que necesita el cuerpo para funcionar. El cáncer consume la energía del paciente, destruye órganos y huesos y debilita sus defensas contra otras enfermedades.
Los factores que desencadenan el cáncer en los niños no suelen coincidir con los que lo pueden desencadenar en los adultos, como el hábito de fumar o la exposición a toxinas medioambientales. En contadas ocasiones, los niños que padecen determinados trastornos de origen genético, como el síndrome de Down, pueden tener un riesgo más elevado de desarrollar cáncer. Asimismo, los niños que se han sometido a quimioterapia o a radioterapia debido a un cáncer previo también pueden tener un riesgo más elevado de desarrollar otro cáncer en el futuro. De todos modos, en la mayoría de los casos, los cánceres infantiles se desarrollan a raíz de mutaciones (o cambios) no heredadas en los genes de sus células en proceso de crecimiento. Puesto que estos errores ocurren al azar o de forma impredecible, actualmente no hay manera de prevenirlos.
Es posible que el pediatra de su hijo le detectara algunos de los primeros síntomas del cáncer en alguna revisión periódica. De todos modos, muchos de estos síntomas (como fiebre, ganglios linfáticos inflamados, infecciones frecuentes, anemia o moretones) también son propios de otras infecciones o trastornos distintos del cáncer. Por este motivo, no es nada raro que tanto los médicos como los padres sospechen otras enfermedades propias de la infancia cuando aparecen los primeros síntomas de cáncer.

Una vez recibido el diagnóstico de cáncer, es importante que busque ayuda para su hijo en un centro médico especializado en oncología pediátrica o en el tratamiento del cáncer infantil.

Tratamiento del cáncer

El tratamiento del cáncer en los niños incluye la quimioterapia (el uso de medicamentos para matar a las células cancerosas), la radioterapia (el uso de radiaciones para matar a las células cancerosas) y la cirugía (para extirpar las células cancerosas o tumores). El programa de tratamiento necesario en cada caso dependerá del tipo de cáncer, así como de su agresividad, lo extendido que esté y la edad del niño.
Cirugía
En los niños con leucemia o linfoma, la cirugía suele desempeñar un papel poco importante. Esto se debe a que la leucemia y el linfoma son cánceres que afectan a los sistemas circulatorio y linfático, que están ampliamente distribuidos por todo el cuerpo, lo que dificulta tratarlos de forma local extirpando un área específica. Sin embargo, en el osteosarcoma y otros tumores aislados que afectan a partes reducidas de la anatomía corporal y que no han hecho metástasis en otras partes del cuerpo, la cirugía suele ser un arma eficaz para combatir el cáncer, combinada con la quimioterapia y/o la radioterapia.
Los niños con determinados tipos de cánceres pueden ser candidatos a someterse a un transplante de médula ósea. La médula ósea es un tejido esponjoso que hay en el interior de determinados huesos del cuerpo y que desempeña la función de producir glóbulos sanguíneos. Si un niño padece un tipo de cáncer que influye sobre la función de los glóbulos sanguíneos, un transplante de médula ósea (en conjunción con la quimioterapia para matar las células cancerosas) puede favorecer el crecimiento de nuevas células sanas. El transplante de médula a veces también se utiliza para tratar cánceres en los que no está comprometido el funcionamiento de los glóbulos sanguíneos, porque ayuda a los médicos a utilizar dosis de quimioterapia más elevadas de las que habría tolerado el paciente si no se le hubiera hecho el trasplante.

Quimioterapia

La quimioterapia es una medicación que se utiliza como tratamiento complementario para eliminar las células cancerosas que quedan en el cuerpo. Los niños o adolescentes con cáncer suelen recibir la quimioterapia por vía intravenosa (inyectada en vena) u oral (por boca). Algunos tipos de quimioterapia pueden ser aplicados en forma intratecal (dentro del liquido cefalorraquideo o liquido espinal). Los medicamentos entran en el torrente sanguíneo y matan las células cancerosas en aquellas partes del cuerpo afectadas por el cáncer.
La duración de la quimioterapia y el tipo concreto de fármacos que se utilizan dependen del tipo de cáncer que padezca el niño y de su respuesta a los mismos. El tratamiento es diferente en cada paciente, de modo que un niño puede tener que someterse a quimioterapia diaria, semanal o mensualmente. También es posible que el pediatra recomiende hacer varios ciclos de tratamiento, para que el cuerpo del niño pueda descansar y recuperarse entre ciclo y ciclo.
Muchos de los medicamentos que se utilizan en quimioterapia conllevan el riesgo de padecer problemas a corto y largo plazo. Los efectos a corto plazo incluyen náuseas, vómitos, caída del cabello, fatiga, anemia, mayor riesgo de hemorragia y mayor riesgo de infección debido a la destrucción de la médula ósea, así como lesiones renales e irregularidades menstruales. Algunos de los medicamentos que se utilizan en la quimioterapia también se asocian a riesgo de inflamación de la vejiga, hematuria (sangre en la orina), pérdidas auditivas y lesiones renales. Otros pueden provocar problemas cardíacos y cutáneos. Algunos de los efectos colaterales a largo plazo son la infertilidad, trastornos de crecimiento, daño a organos e incremento de riesgo de sufrir un segundo cáncer.
El pediatra de su hijo adoptará precauciones y le recetará otros medicamentos para contrarrestar la máxima cantidad posible de efectos secundarios de la quimioterapia.

Radioterapia

La radioterapia es uno de los tratamientos más habituales del cáncer. Cuando un niño se somete a radioterapia, es irradiado por un haz de ondas o partículas muy potentes, que destruyen o lesionan las células cancerosas. Muchos tipos de cánceres infantiles se tratan con radioterapia, en conjunción con quimioterapia y/o cirugía.
La radioterapia tiene muchos efectos secundarios potenciales (como mayor riesgo de malignidades y esterilidad), que usted debería comentar con el pediatra de su hijo.
La principal meta del tratamiento del cáncer es curarlo; ésta es la prioridad absoluta sobre cualquier otro aspecto del cuidado del paciente. De todos modos, hay muchos medicamentos y terapias que pueden ayudar a hacer más soportable el tratamiento.


Afrontar el cáncer

Siempre que sea posible, los niños mayores con cáncer deberían implicarse activamente en su tratamiento. Se les debería proporcionar información sobre su tipo concreto de cáncer y sus efectos utilizando un lenguaje adaptado a su edad y nivel de comprensión. No obstante, cuando el cáncer afecta a niños más pequeños -menores de 4 años- suele bastar con explicarles simplemente que están "enfermos" y necesitan "medicinas" para ponerse mejor. En todos los grupos de edad, la meta es evitar el miedo y los malentendidos.

Los niños mayores pueden culpabilizarse, como si el cáncer fuera culpa suya. Psicólogos, trabajadores sociales y otros miembros del equipo de tratamiento del cáncer pueden ser de gran ayuda para tranquilizar al niño, apoyarlo y ayudarle a expresar y a afrontar sus sentimientos. El equipo de tratamiento del cáncer puede orientar y apoyar a los pacientes y a sus familiares. Les puede ayudar a soportar el sufrimiento y a afrontar la incertidumbre y los cambios en la vida del paciente y toda la familia impuestos por el cáncer y su tratamiento. Si es necesario, el equipo también puede contactar o visitar el centro de enseñanza del niño para explicar el diagnóstico a sus profesores y/o compañeros de clase. Sustituir el miedo, la ignorancia y los malentendidos por la empatía, la comprensión y la información es una meta fundamental en el proceso de ayudar a un niño con cáncer a afrontar su enfermedad.
El diagnóstico y el tratamiento del cáncer infantil son procesos largos, que requieren tiempo y paciencia, y el tratamiento se asocia a efectos secundarios tanto a corto como a largo plazo. Pero, gracias a los avances médicos, cada vez hay más niños con cáncer que completan el tratamiento con éxito, pudiendo abandonar el medio hospitalario y crecer como cualquier otro niño. En la actualidad, hasta el 70% de todos los niños con cáncer se pueden curar.

Historia de Danna 8 años y Anorexica

Anza documental sobre una niña de 8 años con anorexia
El documental “8 años y soy anoréxica” narra la historia de Dana, una niña de origen británico, que estaba obsesionada con su peso al extremo de sólo comer 150 calorías y hacer ejercicios por una hora y media.





“Cuando me miraba en el espejo, veía grasa en mi cuerpo”, expresó Dana en el documental difundido por el canal Discovery Home & Health. La pequeña de 8 años fue internada en el Rhodes Farm Clinic, un centro de rehabilitación para jóvenes anoréxicas en Londres, donde las pacientes son sometidas a un riguroso y controlado régimen de "realimentación", donde la meta es recuperar peso (un kilo por semana). Dana luchó por realimentarse en 12 semanas con el fin de regresar a su casa con su familia. Según las indicaciones de los médicos, la niña debía consumir 2 mil 500 calorías. “Primero dejé de comer comida chatarra y los dulces, luego carnes y después sólo comía verduras. También leía las etiquetas de los alimentos para saber las calorías”, señaló. La pequeña fue sometida a una exhaustiva terapia psicológica para encontrar el origen de su problema. “Hacía mucho ejercicio para bajar de peso. Saltaba por una hora y luego corría por media hora”, indicó. Luego manifestó con temor: “Solo quería perder un poco de peso”. Por su parte, la madre de Dana explicó que para una anoréxica es importante dejar el plato limpio para decir que se está recuperando. Actualmente Dana es una niña normal que disfruta de su infancia y del cariño de su familia. Cabe indicar que durante el documental también se mostró el testimonio de otras pacientes adolescentes con anorexia. “Me gustan mis huesos y no quiero engordar. Me gustaría estar muerta para que así nadie se preocupara”, dijo una joven de 15 años. Más niños con anorexia Un artículo extraído del diario ‘The Times’, reproducido en el sitio web de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado a finales de 2008, indicó que la anorexia "afecta a una población adolescente y en los últimos años ha evolucionado, de manera que los afectados son cada vez más jóvenes". Estos datos se reafirman con estadísticas al indicar que 80 por ciento de niños entre 11 y 14 años se preocupan por su imagen y el número de menores de 10 años ingresados en hospitales por desordenes alimenticios va en aumento. Datos La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. La anorexia se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado.




Por ello inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos.
Normalmente comienza con la eliminación de los hidratos de carbono, ya que existe la falsa creencia de que engordan. A continuación rechaza las grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema.
A estas medidas drásticas se le pueden sumar otras conductas asociadas como la utilización de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o exceso de ejercicio físico. Las personas afectadas pueden perder desde un 15 a un 50 por ciento, en los casos más críticos, de su peso corporal.
Esta enfermedad suele asociarse con alteraciones psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de la conducta emocional y una estigmatización del cuerpo


Anorexia Nerviosa

La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario que implica una incapacidad para permanecer con un peso corporal mínimo, considerado normal para la edad y estatura de la persona.
Las personas con este trastorno pueden tener un gran miedo a aumentar de peso, incluso cuando están con peso insuficiente. Ellas pueden acudir a dietas extremas, ejercicio excesivo u otros métodos para bajar de peso.

Causas

No se conocen las causas exactas de la anorexia nerviosa. Muchos factores probablemente estén implicados. La genética y las hormonas pueden jugar un papel. Las actitudes sociales que promueven tipos de cuerpos delgados poco realistas también pueden contribuir.
Más y más evidencia se aparta de la idea de que los conflictos dentro de una familia pueden contribuir a éste u otros trastornos alimentarios. La mayoría de las organizaciones de salud mental ya no apoyan esta teoría.
Los factores de riesgo abarcan:
  • Ser un perfeccionista
  • Sentir una creciente preocupación o atención por el peso y la figura
  • Tener problemas alimentarios y gastrointestinales durante la primera infancia
  • Tener un padre o una madre con anorexia o adicciones
  • Tener padres que viven preocupados por el peso y el adelgazamiento
  • Tener una imagen negativa de sí mismo y un alto nivel de sentimientos negativos en general
  • Sufrir un cambio de vida estresante, como un nuevo trabajo o mudarse, o situaciones como una violación o maltrato
La anorexia generalmente comienza en la adolescencia o a principios de la edad adulta y es más común en mujeres, aunque también se puede ver en hombres. El trastorno se observa principalmente en mujeres de raza blanca, de alto rendimiento académico y que tienen familia o personalidad orientada hacia el logro de metas.

Síntomas

Para que le diagnostiquen anorexia, una persona debe:
  • Tener un miedo intenso de aumentar de peso o engordar, incluso cuando su peso es insuficiente
  • Negarse a mantener el peso en lo que se considera normal o aceptable para su edad y estatura (15% o más bajo del peso esperado)
  • Tener una imagen corporal que está muy deformada, estar muy concentrada en el peso corporal o la forma y negarse a admitir o reconocer la seriedad de la pérdida de peso
  • No haber tenido su período menstrual durante tres o más ciclos (en mujeres)
Las personas con anorexia pueden limitar mucho la cantidad de alimento que comen, o comen y luego se provocan el vómito. Otros comportamientos abarcan:
  • Cortar el alimento en pedazos pequeños o moverlos alrededor del plato en lugar de comérselos
  • Hacer ejercicio a toda hora, incluso cuando hay mal tiempo, están lastimadas o están muy ocupadas
  • Ir al baño inmediatamente después de las comidas
  • Negarse a comer en torno a otras personas
  • Usar pastillas que las hagan orinar (diuréticos), tener deposiciones (enemas o laxantes) o que disminuyan su apetito (pastillas para adelgazar)
Otros síntomas de anorexia pueden abarcar:
  • Piel amarillenta o manchada que está reseca y cubierta con un fino vello
  • Pensamiento confuso o lento, junto con mala memoria o capacidad de discernimiento
  • Depresión
  • Boca seca
  • Sensibilidad extrema al frío (usar varias capas de ropa para permanecer caliente)
  • Pérdida de la fuerza muscular
  • Atrofia muscular y pérdida de grasa corporal

Pruebas y exámenes

Con pruebas médicas, se deben descartar otras causas de la pérdida de peso o la atrofia muscular. Los ejemplos de otras afecciones que pueden causar estos síntomas abarcan:
Se deben hacer exámenes para ayudar a determinar la causa de la pérdida de peso o qué daño ha causado. Muchos de los exámenes se repetirán con el tiempo para vigilar al paciente. Estos exámenes pueden abarcar:

Tratamiento

El mayor desafío en el tratamiento de la anorexia nerviosa es hacer que la persona reconozca que tiene una enfermedad. La mayoría de las personas que sufre este tipo de anorexia niega tener un trastorno alimentario y, con frecuencia, ingresan al tratamiento cuando su afección está bastante avanzada.
Los objetivos del tratamiento son primero restaurar el peso corporal normal y los hábitos alimentarios. Un aumento de peso de 1 a 3 libras por semana se considera una meta segura.
Se han diseñado muchos programas diferentes para tratar la anorexia. Algunas veces, el aumento de peso se logra usando horarios para comer, disminuyendo la actividad física e incrementando la actividad social, ya sea de manera ambulatoria o como paciente hospitalizado. Muchos pacientes comienzan con una estadía corta en el hospital y siguen en control con un programa de tratamiento diario.
Los profesionales de la salud que por lo general están involucrados en estos programas incluyen enfermeras profesionales, médicos, un nutricionista o dietista y profesionales en salud mental.
El tratamiento a menudo es muy arduo y requiere trabajo duro por parte de los pacientes y sus familias. Probablemente se ensayarán muchas terapias hasta que el paciente logre vencer este trastorno.
Los pacientes pueden marginarse de los programas si tienen expectativas poco realistas de "curarse" con la terapia sola.
Aunque una corta estadía en el hospital es una forma común de comenzar el tratamiento, una hospitalización más prolongada puede ser necesaria si:
  • La persona ha perdido mucho peso, como estar por debajo del 70% de su peso corporal ideal para su edad y estatura. La desnutrición grave y potencialmente mortal puede requerir alimentación intravenosa o una sonda de alimentación.
  • La pérdida de peso continúa a pesar del tratamiento.
  • Se presentan complicaciones médicas, como problemas de frecuencia cardíaca, confusión o niveles bajos de potasio.
  • La persona sufre una depresión grave o piensa cometer suicidio.
Se utilizan diferentes tipos de psicoterapia para tratar a las personas con anorexia:
  • La terapia individual cognitiva conductista, la terapia de grupo y la terapia de familia han sido todas efectivas.
  • El objetivo de la terapia es cambiar los pensamientos o comportamiento de un paciente con el fin de estimularlo a comer de un modo más sano. Esta clase de terapia es más útil para tratar a los pacientes más jóvenes que no hayan tenido anorexia durante mucho tiempo.
  • Si el paciente es joven, la terapia puede involucrar a la familia entera. Los métodos más nuevos miran a la familia como una parte de la solución, más que la causa del trastorno alimentario.
  • Los grupos de apoyo también pueden ser una parte del tratamiento. En estos grupos, los pacientes y las familias se reúnen y comparten lo que les ha pasado.
Los medicamentos, como antidepresivos, antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo, pueden ayudar a algunos pacientes anoréxicos cuando se administran como parte de un programa de tratamiento completo. Los ejemplos abarcan: olanzapina (Zyprexa, Zydis), inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y antidepresivos. Estas medicinas pueden ayudar a tratar la depresión o la ansiedad.

Expectativas (pronóstico)

La anorexia nerviosa es una afección médica grave y potencialmente mortal. De acuerdo con algunos estimativos, lleva a la muerte en el 10% de los casos. Los programas de tratamiento con trayectoria tienen una buena tasa de éxito en la recuperación del peso normal, pero es común que la enfermedad reaparezca.
Las mujeres que desarrollan este trastorno alimentario a temprana edad tienen una mayor probabilidad de recuperación completa. Sin embargo, la mayoría de las personas con esta afección seguirá prefiriendo estar en un peso corporal bajo y estar preocupados hasta cierto punto por los alimentos y las calorías. El manejo del peso puede ser difícil y es posible que se requiera un tratamiento a largo plazo para ayudar a mantener un peso corporal saludable.

Posibles complicaciones

Las complicaciones pueden ser graves y es posible que se requiera hospitalización.
Las complicaciones pueden abarcar:
  • Distensión o hinchazón
  • Debilitamiento óseo
  • Desequilibrio de electrolitos (como el potasio bajo)
  • Ritmos cardíacos peligrosos
  • Disminución en los glóbulos blancos que lleva al aumento del riesgo de infecciones
  • Deshidratación severa
  • Desnutrición grave
  • Convulsiones debido a la pérdida de líquido por la diarrea o el vómito excesivos
  • Problemas de la glándula tiroides, que puede llevar a que se presente intolerancia al frío y estreñimiento
  • Erosión dental y caries

Cuándo contactar a un profesional médico

Hable con el médico si un ser querido está:
  • Excesivamente preocupado por el peso
  • Haciendo demasiado ejercicio
  • Restringiendo su ingesta de alimento
  • Con muy bajo peso
Conseguir ayuda médica oportuna antes puede reducir la gravedad de un trastorno alimentario.

Prevención

En algunos casos, la prevención puede no ser posible. Alentar actitudes saludables y realistas hacia el peso y la alimentación puede servir. Algunas veces, la psicoterapia puede ayudar.

Niño Hiperactivo

La hiperactividad es un trastorno de la conducta en niños, descrito por primera vez en 1902 por Still. Se trata de niños que desarrollan una intensa actividad motora, que se mueven continuamente, sin que toda esta actividad tenga un propósito. Van de un lado para otro, pudiendo comenzar alguna tarea, pero que abandonan rápidamente para comenzar otra, que a su vez, vuelven a dejar inacabada. Esta hiperactividad aumenta cuando están en presencia de otras personas, especialmente con las que no mantienen relaciones frecuentes. Por el contrario, disminuye la actividad cuando están solos.



Perfil de un niño hiperactivo

Según Still, estos niños son especialmente problemáticos, poseen un espíritu destructivo, son insensibles a los castigos, inquietos y nerviosos. También son niños difíciles de educar, ya que pocas veces pueden mantener durante mucho tiempo la atención puesta en algo, con lo que suelen tener problemas de rendimiento escolar a pesar de tener un cociente intelectual normal. Son muy impulsivos y desobedientes, no suelen hacer lo que sus padres o maestros les indican, o incluso hacen lo contrario de lo que se les dice. Son muy tercos y obstinados, a la vez que tienen un umbral muy bajo de tolerancia a las frustraciones, con lo que insisten mucho hasta lograr lo que desean. Esto junto sus estados de ánimos bruscos e intensos, su temperamento impulsivo y fácilmente excitable, hace que creen frecuentes tensiones en casa o en el colegio. En general son niños incapaces de estarse quietos en los momentos que es necesario que lo estén. Un niño que se mueva mucho a la hora del recreo y en momentos de juego, es normal. A estos niños lo que les ocurre es que no se están quietos en clase o en otras tareas concretas.


Los indicadores de hiperactividad según la edad del niño

- De 0 a 2 años: Descargas mío clónicas durante el sueño, problemas en el ritmo del sueño y durante la comida, períodos cortos de sueño y despertar sobresaltado, resistencia a los cuidados habituales, reactividad elevada a los estímulos auditivos e irritabilidad. 
- De 2 a 3 años: Inmadurez en el lenguaje expresivo, actividad motora excesiva, escasa conciencia de peligro y propensión a sufrir numerosos accidentes. 
- De 4 a 5 años: Problemas de adaptación social, desobediencia y dificultades en el seguimiento de normas. 
- A partir de 6 años: Impulsividad, déficit de atención, fracaso escolar, comportamientos antisociales y problemas de adaptación social.





Causas de la hiperactividad infantil

La hiperactividad infantil es bastante frecuente, calculándose que afecta aproximadamente a un 3% de los niños menores de siete años y es más común en niños que en niñas (hay 4 niños por cada niña). En el año 1914 el doctor Tredgold argumentó que podría ser causado por una disfunción cerebral mínima, una encefalitis letárgica en la cual queda afectada el área del comportamiento, de ahí la consecuente hipercinesia compensatoria; explosividad en la actividad voluntaria, impulsividad orgánica e incapacidad de estarse quietos. Posteriormente en el 1937 C. Bradley descubre los efectos terapéuticos de las anfetaminas en los niños hiperactivos. Basándose en la teoría anterior, les administraba medicaciones estimulantes del cerebro (como la benzedrina), observándose una notable mejoría de los síntomas.



Síntomas en un niño hiperactivo

Los síntomas pueden ser clasificados según el déficit de atención, hiperactividad e impulsividad:
- Dificultad para resistir a la distracción.
- Dificultad para mantener la atención en una tarea larga.
- Dificultad para atender selectivamente.
- Dificultad para explorar estímulos complejos de una manera ordenada.
- Actividad motora excesiva o inapropiada.
- Dificultad para acabar tareas ya empezadas.
- Dificultad para mantenerse sentados y/o quietos en una silla.
- Presencia de conductas disruptivas (con carácter destructivo).
- Incapacidad para inhibir conductas: dicen siempre lo que piensan, no se reprimen.
- Incapacidad para aplazar las cosas gratificantes: no pueden dejar de hacer las cosas que les gusta en primer lugar y aplazan todo lo que pueden los deberes y obligaciones. Siempre acaban haciendo primero aquello que quieren.
- Impulsividad cognitiva: precipitación, incluso a nivel de pensamiento. En los juegos es fácil ganarles por este motivo, pues no piensan las cosas dos veces antes de actuar, no prevén, e incluso contestan a las preguntas antes de que se formulen.


Consecuencias en la familia con un niño hiperactivo

Los padres suelen definir a un hijo hiperactivo como inmaduro, maleducado y gamberro. Sus comportamientos generan conflictos en la familia, desaprobación y rechazo. Son irritantes y frustrantes en cuanto al éxito educativo de los padres, y algunos niños tienden al aislamiento social. Este trastorno ya se detecta antes de los 7 años y unos tienen síntomas más graves que otros. Una cosa que hay que tener en cuenta, es que si los padres riñen exageradamente al niño hiperactivo, pueden estar fomentando un déficit de autoestima por su parte (sobretodo si lo critican por todo lo que hace) y realimentan el trastorno, ya que el pequeño acabará por no esforzarse por portarse bien, pues verá que siempre acaban riñéndole haga lo que haga.


Tratamiento de la hiperactividad

El tratamiento depende de cada caso individual.
El tratamiento farmacológico es a base de estimulantes para ayudar a que el niño pueda concentrarse mejor, y sedantes en el caso de que el niño muestre rasgos sicóticos.
El tratamiento psicoterapéutico está destinado a mejorar el ambiente familiar y escolar, favoreciendo una mejor integración del niño a la vez que se le aplican técnicas de modificación de conducta.
El tratamiento cognitivo o autoconstrucciones, se basa en el planteamiento de la realización de tareas, donde el niño aprende a planificar sus actos y mejora su lenguaje interno. A partir de los 7 años el lenguaje interno asume un papel de autorregulación, que estos niños no tienen tan desarrollado. Para la realización de cualquier tarea se le enseña a valorar primero todas las posibilidades de la misma, a concentrarse y a comprobar los resultados parciales y globales una vez finalizada.



Conozca las diferencias entre el Asperger y el Autismo

Se considera que el Síndrome de Asperger es un trastorno dentro del Autismo, por lo cual se denomina en muchas ocasiones Autistas de Alto Rendimiento, a los que lo padecen



El Síndrome de Asperger se ha diferenciado muy recientemente del autismo típico y existe poca información sobre el pronóstico de estos niños. No obstante, se considera que, comparado con jóvenes con otras formas de autismo, podrán con mayor probabilidad convertirse en adultos independientes, con una vida absolutamente normal.

Frecuentemente cuando son adultos tienen un trabajo o profesión relacionado con sus áreas de especial interés, pudiendo ser muy competentes.




Síndrome de Asperger

El síndrome de Asperger a menudo se considera una forma de autismo de alto funcionamiento. Las personas con este síndrome tienen dificultad para interactuar socialmente, repiten comportamientos y, con frecuencia, son torpes. Puede haber retardo en los hitos del desarrollo motriz.

Causas

En 1944, Hans Asperger denominó este trastorno "psicopatía autista". La causa exacta se desconoce, pero es muy probable que una anomalía en el cerebro sea la causa del síndrome de Asperger.
Existe una posible relación con el autismo y los factores genéticos pueden jugar un papel. El trastorno tiende a ser hereditario, pero no se ha identificado un gen específico.
La afección parece ser más común en los niños que en las niñas.
Aunque las personas con síndrome de Asperger con frecuencia tienen dificultad a nivel social, muchas tienen inteligencia por encima del promedio y pueden sobresalir en campos como la programación de computadoras y la ciencia. No se presenta retraso en su desarrollo cognitivo, habilidades para cuidar de sí mismos ni en la curiosidad acerca de su ambiente.

Síntomas

Las personas con síndrome de Asperger se tornan demasiado concentradas u obsesionadas con un solo objeto o tema, ignorando todos los otros. Quieren saber todo sobre este tema y, con frecuencia, hablan poco de otra cosa.
  • Los niños con el síndrome de Asperger presentarán muchos hechos acerca del asunto de su interés, pero parecerá que no hay ningún punto o conclusión.
  • Con frecuencia, no reconocen que la otra persona ha perdido interés en el tema.
  • Las áreas de interés pueden ser bastante limitadas, como una obsesión con los horarios de los trenes, directorios telefónicos, un aspiradora o colecciones de objetos.
Las personas con síndrome de Asperger no se aíslan del mundo de la manera como las personas con autismo lo hacen. Con frecuencia se acercarán a otras personas. Sin embargo, sus problemas con el habla y el lenguaje en un escenario social a menudo llevan al aislamiento.
  • Su lenguaje corporal puede ser nulo.
  • Pueden hablar en un tono monótono y pueden no reaccionar a los comentarios o emociones de otras personas.
  • Pueden no entender el sarcasmo o el humor, o pueden tomar una metáfora literalmente.
  • No reconocen la necesidad de cambiar el volumen de su voz en escenarios diferentes.
  • Tienen problemas con el contacto visual, las expresiones faciales, las posturas del cuerpo o los gestos (comunicación no verbal).
  • Pueden ser estigmatizados por otros niños como "raros" o "extraños."
Las personas con el síndrome de Asperger tienen problemas para formar relaciones con niños de su misma edad u otros adultos, debido a que:
  • Son incapaces de responder emocionalmente en interacciones sociales normales
  • No son flexibles respecto a rutinas o rituales
  • Tienen dificultad para mostrar, traer o señalar objetos de interés a otras personas
  • No expresan placer por la felicidad de otras personas
Los niños con el síndrome de Asperger pueden mostrar retrasos en el desarrollo motor y comportamientos físicos inusuales, como:
  • Retardo en ser capaz de montar en bicicleta, agarrar una pelota o trepar un equipo de juego
  • Torpeza al caminar o realizar otras actividades
  • Comportamientos repetitivos en los cuales algunas veces se lesionan
  • Aleteo repetitivo con los dedos, contorsionarse o movimientos de todo el cuerpo
Muchos niños con el síndrome de Asperger son muy activos y también se les puede diagnosticar el trastorno de hiperactividad con el déficit de atención (THDA). Se puede desarrollar ansiedad o depresión durante la adolescencia y comienzos de la adultez. Igualmente, se pueden observar síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo y un trastorno de tic como el síndrome de Tourette.

Pruebas y exámenes

No hay un examen estandarizado (usado y aceptado por casi todos) empleado para diagnosticar el síndrome de Asperger.
La mayoría de los médicos busca un grupo básico de comportamientos que les ayude a diagnosticar el síndrome de Asperger. Estos comportamientos abarcan:
  • Contacto ocular anormal
  • Retraimiento
  • No voltearse al ser llamado por el nombre
  • Incapacidad para usar gestos para apuntar o mostrar
  • Falta de juego interactivo
  • Falta de interés en los compañeros
Los síntomas pueden ser notorios en los primeros meses de vida. Los problemas deben ser obvios hacia la edad de 3 años.
Se hacen exámenes físicos, emocionales y cognitivos para descartar otras causas y buscar signos de este síndrome con mayor cuidado. El equipo que verá a su hijo abarca un psicólogo, neurólogo, psiquiatra, logopeda y otros profesionales expertos en el diagnóstico de niños con el síndrome de Asperger.

Tratamiento

No existe ningún tratamiento único que sea el mejor para todos los niños con el síndrome de Asperger. La mayoría de los expertos piensa que cuanto más temprano se inicie el tratamiento, mejor.
Los programas para los niños con síndrome de Asperger enseñan habilidades basándose en una serie de pasos simples y empleando actividades altamente estructuradas. Las tareas o puntos importantes se repiten con el tiempo para ayudar a reforzar ciertos comportamientos.
Los tipos de programas pueden abarcar:
  • Terapia cognitiva o psicoterapia para ayudar a los niños a manejar sus emociones, comportamientos repetitivos y obsesiones
  • Capacitación para los padres con el fin de enseñarles técnicas que pueden usarse en casa
  • Fisioterapia y terapia ocupacional para ayudar con las destrezas motoras y los problemas sensoriales
  • Entrenamiento en contactos sociales, que con frecuencia se enseña en un grupo
  • Logopedia y terapia del lenguaje para ayudar con la habilidad de la conversación cotidiana
Los medicamentos como los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), los antipsicóticos y los estimulantes se pueden usar para tratar problemas como ansiedad, depresión y agresión.

Pronóstico

Con tratamiento, muchos niños y sus familias pueden aprender a enfrentar los problemas del síndrome de Asperger. La interacción social y las relaciones personales todavía pueden ser un problema. Sin embargo, muchos adultos se desempeñan con éxito en trabajos tradicionales y pueden tener una vida independiente, si tienen el tipo de apoyo apropiado disponible.

Cuándo contactar a un profesional médico

Solicite una cita médica si su hijo:
  • No reacciona ante las personas
  • Tiene un lenguaje extraño o peculiar
  • Muestra comportamientos que pueden llevarlo a autoagredirse

Nombres alternativos

Síndrome de Asperger: trastorno generalizado del desarrollo; Trastorno del espectro autista de Asperger.